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Artículo: Localización de Puntos en Acupuntura


En los libros y manuales de Acupuntura sobre localización de puntos, se suelen dar indicaciones anatómicas y de medida, que permiten al acupuntor encontrar los puntos que necesita para realizar el respectivo tratamiento. Indicaciones típicas son “en el ángulo interno de la uña del dedo gordo del pie” o “a 3 cuns (pulgadas) de la prominencia del maléolo interno, al lado del borde interno de la tibia”. Estas indicaciones son necesarias para que el acupuntor tenga una referencia de por dónde se sitúa el punto, pero no es suficiente para garantizarnos la ubicación exacta y precisa del punto requerido para el tratamiento de Acupuntura.

Una de las características que define a la medicina oriental es la importancia que da al “tocar”, “palpar” al paciente; estas palpaciones son requisito indispensable para la realización del diagnóstico, a través de la toma del pulso y el examen de puntos de diagnóstico; pero las palpaciones no sólo tienen un enfoque diagnóstico, también son imprescindibles para localizar con la máxima precisión los puntos de acupuntura, lo cual permitirá realizar un tratamiento mucho más efectivo que si localizamos el punto “más o menos”.

Un buen acupuntor debe tener bien entrenados sus dedos para poder percibir los salientes y hendiduras de la anatomía del cuerpo, lo cual sólo se consigue con años de práctica y la guía adecuada. Si la localización del punto es correcta, cuando se pincha la aguja, no produce dolor, aunque sean puntos situados en las puntas de los dedos; además, la aguja se debe poder manipular y rotar sin que se “enganche” en la piel. Es habitual durante los tratamientos de acupuntura producir dolor cuando se insertan las agujas, pero cuando esto se produce, indica que la localización del punto no ha sido la correcta. Otro tema es la sensación de hormigueo o rampa eléctrica que puede dar la manipulación de la aguja, que puede ser de suave a fuerte; en este caso, la sensación indica que se ha localizado el punto correctamente y está produciendo un efecto. Esta sensación debe ser controlable por el acupuntor de manera que el paciente no tenga excesivas molestias.

Un ejemplo: El punto 6 del meridiano de Riñón se sitúa en una fisura por debajo del maléolo a una pulgada del ápice. Aquí nos encontramos con un punto situado en una zona de mucha densidad ósea, pero si la ubicación del punto es correcta, la aguja se puede insertar sin dolor y profundizar a través de la fisura para poder ser manipulada. Si no se localiza correctamente, es habitual que la aguja “choque” con algún hueso y duela al ser pinchada, en cuyo caso, además de ser desagradable, la eficacia del tratamiento se verá significativamente reducida.

Resumiendo:

  1. Los puntos de Acupuntura se deben tocar, palpar, no basta con las referencias de medida.

  2. Si la localización del punto es correcta, la aguja no produce dolor.

  3. La aguja se puede manipular fácilmente de manera indolora.

  4. Afecta positivamente la eficacia del tratamiento

Juan José Torres Moscoso

Acupuntor programa Philippus de Extensión Universitaria por el RCU Escorial-Maria Cristina.

Especialización en Cuatro Constituciones, Master en Acupuntura de los cinco elementos Sistema Sa Am por la Asociación Catalana de Acupuntura y Manopuntura (ACAM).

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