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¿Qué he aprendido en el curso de Pulsología?


En la imagen, el autor de éste artículo durante la clase de Pulsología.

Para el dominio de la acupuntura, (es decir, poderla aplicar con eficacia) es necesario formarse en diferentes aspectos que van desde la teoría de la medicina oriental y la comprensión de su corpus teórico, a la correcta elección y localización de los puntos, la técnica de inserción, hasta dar con el tratamiento más eficaz posible.


Para poder hacer un tratamiento adecuado, la única manera es hacer un buen diagnóstico y eso solo es posible dominando la toma y la interpretación de los pulsos.



Aunque para diagnosticar existen otros métodos complementarios como la observación de la forma del paciente, el estado de la piel, el pelo o las uñas, el color de la cara, el olor, la sintomatología, el meridiano afectado, la zona de dolor, la lengua, o palpando los puntos Mu alarma, es posible equivocarse y no dar con el tratamiento correcto, de manera que solo dominando el pulso podremos estar más cerca de ayudar a nuestros pacientes.


En los estudios de acupuntura se enseña todo el temario suficiente para entender y poder aplicar la acupuntura, y después los alumnos realizan prácticas con pacientes reales donde se entrenan en la toma de pulso, el diagnóstico, la decisión del tratamiento que se deba aplicar y la técnica de puntura. Pero para dominar la toma de los pulsos no es suficiente debido a la dificultad que conlleva.

Considero que hay un antes y un después de hacer este curso en la manera en que comprendo con menos error lo que siento en los pulsos.


En el curso de pulsología, se profundiza exclusivamente en la toma del pulso. Consta de una parte teórica donde se estudia cómo interpretar el pulso y como aplicar en consecuencia cada tratamiento según el sistema Saam de los 5 elementos. Se comprende así como tonificar y dispersar los vacíos y plenitudes observados en los pulsos, que meridianos y que puntos se deben tratar y de qué manera.


La segunda parte de cada jornada del curso es práctica; se aprende a diagnosticar a cada paciente explicando en profundidad lo que realmente expresa cada pulso, y el alumno puede entender y ajustar sus sentidos para mejorar en la correcta precepción de los pulsos. Después de que los alumnos tomen los pulsos, el maestro pregunta qué han interpretado, y cada alumno va aprendiendo a entender si su percepción era correcta o no. El alumno puede preguntar cuando no ve claro el pulso y contrastar la explicación del maestro simultáneamente sobre el paciente mientras siente su pulso.

Después de poner las agujas, los alumnos pueden volver a tomar el pulso al paciente para comprobar que se ha re-equilibrado, lo que produce además que el paciente refiera alivio parcial o total de su dolor o patología.


En el curso hay pacientes diferentes, se observan tipos de pulso muy diferentes unos de otros y se aprende a identificar en que meridiano está, y si es por vacío o por plenitud, el desequilibrio.

Lo mejor del curso es poder contrastar lo que uno siente cuando toma el pulso con lo que siente el maestro, para así poder entender cómo se interpreta cada sutileza en cada matiz del pulso y cada alumno ve si se ha equivocado o no, en su interpretación y mejora así su percepción.

También ofrece la oportunidad, si el alumno lo desea de traer pacientes suyos y podrá comprobar si estaba aplicando los tratamientos correctamente y si no, aprender lo que no estaba haciendo bien y entender la manera adecuada de hacerlo.


Es por esto que gracias a este curso he podido ver como mis tratamientos han mejorado debido a la experiencia práctica que me ha aportado, así soy capaz de decidir con más facilidad que antes, que tratamiento aplico, con menos dudas y más seguridad en mí mismo.


Sergi Cordón Delgado

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